El día 12 de agosto de 1955 se realizaba
el vuelo de prueba del primer avión reactor español, el “HA 200 Saeta”,
construido en Triana por La Hispano Aviación y pilotado por Fernando de Juan y
Valiente, que fue un éxito. Para desarrollar el proyecto del primer avión
reactor diseñado y construido íntegramente en España, La Hispano Aviación, con
talleres en la calle San Jacinto, formó
un equipo español asesorado por una figura legendaria de la aviación alemana,
el profesor Willy Messerschmitt. El equipo de trabajo lo formaron los
ingenieros señores Figueroa, Rubio, Esteva y Lara y el piloto de pruebas,
Fernando de Juan y Valiente.
Con este avión puede decirse que entraba
la industria aeronáutica española en la modernidad, siendo nuestro primer
reactor y asimismo el primero construido bajo licencia fuera de nuestras
fronteras; no obstante, diversas circunstancias impidieron el éxito abrumador
que merecía la óptima calidad del proyecto.
Derivado del HA-100 “Triana” y teniendo
con él gran parte de elementos comunes, se diseña con plano monolarguero, dotado
con frenos ventrales de picado, flaps, frenos y tren de aterrizaje de operación
manual o hidráulica, según los modelos, estabilizador de incidencia variable
actuado eléctricamente, y cabina presurizada, salvo en sus prototipos. El tren
tiene amortiguadores oleoneumáticos y puede ser extendido neumáticamente en
emergencia.
Pilotado en su primer vuelo por Fernando
de Juan Valiente, denota ser un avión extraordinariamente ágil, preciso, y
relativamente sencillo de volar, pidiéndose pronto una serie por parte del
Ejército del Aire. Sin embargo, el desarrollo de este excelente aparato es
lento y revela el estado en gran medida artesanal que a la sazón tenía nuestra
industria. Además de esto, el equipo con que se le dota no va parejo con la
calidad aerodinámica del avión. Por todo ello, aunque se logra en 1959 exportar
una decena a la República Arabe Unida, junto con la licencia de fabricación, se
pierden posibles contratos entre ellos uno potencialmente muy sustancioso con
Sudáfrica- y cuando el “Saeta” vuela operativamente con nuestra Fuerza Aérea
¡han pasado ya diez años desde que lo hiciera por primera vez su prototipo!
En sus salidas al exterior causa
excelente impresión la espectacularidad de los vuelos que con él efectúan
Valiente y Perico Santacruz, siendo especialmente memorable la exhibición de
arrojo y maniobrabilidad que, sobre los restos llameantes del Fiat G-91 en que
se acaba de estrellar Italo Donati, realiza Santacruz en el Salón Aeronáutico
de Le Bourget en junio del 65, vuelo que comienza con un “looping” de salida...
Meses antes, en noviembre del 64, entra a
título experimental el Saeta (E.14 en nomenclatura militar) en servicio con la
Escuela Básica de Matacán -nunca llegó a hacerlo en la de Reactores de
Talavera- y poco después en la base de Villanubla (Valladolid) en versión C.10B
de ataque. (Consistía ésta en una versión del ya mejorado HA-200D, capaz de
admitir armamento y remotorizarse con el “Marboré VI”).
Años más tarde, en 1972, pasa como
entrenador a la Academia General del Aire de San Javier. Desde junio del 70
volaban ya los C.10B con base en Canarias, y sobre las arenas del entonces
Sáhara Español entran en acción contra las guerrillas del Polisario,
mostrándose allí como una muy precisa plataforma de tiro.
También por esas fechas sale la última de
sus versiones; el HA-220 o “Super Saeta”, monoplaza, que no llega a prestar
nunca servicio de combate y opera desde febrero del 76 en Morón de la Frontera.
Se construyen en España un total de 102 HA-200 en sus diferentes versiones, más
25 HA-220.
En Egipto se inicia una serie de 90,
localmente llamados “Al Kahira”, de los que sólo 63 llegan a ser entregados. Es
probable que actuaran contra Israel en la “Guerra de los Seis Días” del año 67,
y con certeza alguno de ellos fue destruido en el suelo.
Los españoles fueron finalmente dados de
baja en diciembre del 81, después de unos tres lustros de en general
satisfactorio servicio, poniendo así punto final a la historia de nuestro
primer reactor, avión extraordinario en cuanto a sus cualidades de vuelo y no
más que mediano en lo que al equipo se refiere.
Pero por fortuna, no se desvanece aquí
del todo su huella, ya que poco más tarde veinticuatro Saetas de uno y otro
tipo son comprados por un particular en una subasta pública del Ejército del
Aire, y revendidos después, la gran mayoría en los Estados Unidos, donde, según
nuestras noticias, un mínimo de tres continúan actualmente en vuelo.
Unidades del “HA-200 Saeta” pueden verse
como símbolos aeronáuticos en la entrada de la Urbanización La Motilla, cerca
de Dos Hermanas, y en la plaza dedicada al coronel médico Antonio Muñoz
Cariñano en San Juan de Aznalfarache.
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