jueves, 15 de enero de 2015

¿Que hacemos con las atarazanas?


El año pasado por estas fechas La Fundación Atarazanas avisaba del "peligro de colapso y derrumbe de algunos de los espacios" del monumento "por la falta de vigilancia especializada y mantenimiento de sus estructuras constructivas". Era una llamada desesperada ante la situación de abandono de este Bien de Interés Cultural (BIC) construidas en 1252 bajo el reinado de Alfonso X, que se encontraba sumido en un proceso de desencuentro de intereses entre administraciones.

Años atrás la Junta de Andalucía, acordó la cesión durante 75 años del antiguo recinto al objeto de que la entidad bancaria rehabilitase el monumento y crease allí un nuevo espacio cultural merced a la propuesta de intervención diseñada por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra. En junio de 2012, de hecho, la Fundación Museo Atarazanas y 'La Caixa' alcanzaron un acuerdo en torno a un convenio de colaboración para el desarrollo de este proyecto de intervención, dado que el colectivo había mostrado sus dudas respecto a la naturaleza del proyecto de restauración.

Pero meses más tarde, la 'Fundación La Caixa' decidió no materializar en las Reales Atarazanas su proyecto de centro cultural. Tras no prosperar la iniciativa en la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento hispalense, que reclamaba un plan especial que la Junta de Andalucía creía innecesario, la entidad bancaria resolvió, no sin una intensa polémica, instalar su centro cultural en el complejo de la torre de 178 metros de altura que, desde hace años, promueve en el sector sur de la Isla de la Cartuja, la famosa Torre Pelli.

En marzo del pasado año El consejero de Cultura Luciano Alonso informaba que estaba en conversaciones con La Caixa para convertir las Reales Atarazanas de Sevilla, en un "centro de diálogo con América, tanto del Sur como del Norte. La idea sería la creación de un centro que sirviese para potenciar las históricas vinculaciones del monumento y de la ciudad con el continente americano en sus aspectos cultural, político, social y económico.

Finalmente en diciembre del pasado año La presidenta de la Junta, Susana Díaz, y el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, presentaron, junto al arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, el proyecto definitivo de rehabilitación y dotación cultural de las Atarazanas, los astilleros medievales que llevan seis años sin uso en el Arenal de Sevilla.

Mediante este acuerdo, la Fundación La Caixa se compromete a invertir 10 millones de euros para rehabilitar los astilleros que mandó a construir Alfonso X en 1252. Por su parte, la Fundación Cajasol dotará de contenidos culturales este espacio, para lo que aportará 400.000 euros anuales. La Consejería de Cultura se encargará también de la programación, así como del personal y el material necesario para su funcionamiento. La inversión de la Administración andaluza superará el millón de euros al año.

El nuevo proyecto para las Atarazanas aspira a recuperar el concepto de universalidad, que ha inspirado a Sevilla y Andalucía a lo largo de su historia, y reinicia su actividad de “construcción de navíos”, pero en este caso de navíos culturales que trasladan y difunden una memoria común y facilitan el encuentro.
Será un espacio para el encuentro con el continente americano y su cultura, un escenario libre para la exhibición, el debate y el pensamiento de América en Europa. Por todo ello Atarazanas tiene la oportunidad de convertirse en un “ingenio capaz de crear energía cultural entre dos continentes”. En una ventana al pensamiento, a la investigación y a las manifestaciones artísticas, históricas y contemporáneas, de América y Andalucía.

En definitiva, Atarazanas será una ventana a la realidad americana y andaluza. Un punto de encuentro y convivencia, de experiencias y de creación, de libertad y de pensamiento.

La intervención arquitectónica de Vázquez Consuegra se define como espacio "generador de usos culturales" las Atarazanas y parte de un principio de mínima intervención que garantice la conservación de los valores culturales del bien. Entre otros aspectos, conservará la espacialidad de la planta baja, evitando nuevas compartimentaciones; potenciará el uso de las cubiertas y las hará visitables y abrirá el inmueble también hacia la calle Dos de Mayo.

El proyecto incluye una gran plaza pública, un espacio de recepción y punto de información, un espacio permanente de interpretación del edificio, la Exposición permanente: América y Andalucía, dos salas de exposiciones temporales, el espacio multiusos "Atarazanas", una zona de proyecciones y otra de restos arqueológicos, entre otras instalaciones.

En las tres cubiertas de la planta alta se habilitarán salas expositivas de uso polivalente. Sólo una de ellas se acondicionará, mientras que las otras dos estarán libres. La instalación de una cafetería y restaurante en la zona que sirve de mirador -como contemplaba el Caixafórum- queda condicionada a la disponibilidad presupuestaria.

Filosofía como podrán comprobar no le falta al proyecto, ahora esperamos a ver como se concreta y a si definitivamente se cierra este capítulo, uno más, de los desencuentros entre administraciones que tanto daño hacen al buen interés público del patrimonio de nuestra ciudad. Así sea

No hay comentarios :

Publicar un comentario