En esta importante fábrica, además de
armamento, se fundieron las campanas de la Giralda, el giraldillo, los leones
del Congreso de los Diputados…
Ya tenemos otro proyecto magno en nuestra
ciudad, para convertir un edificio de corte histórico en un gran centro
cultural. Ha comenzado la restauración de la nave principal, la Fundición
Mayor, tan imponente que la llaman la Catedral, así como de la Fundición Chica
o Menor y del edificio de los Talleres de Herramientas, de la antigua Fábrica
de Artillería.
El proyecto aprobado por la anterior
corporación municipal, ha sido bien acogido por el nuevo alcalde que ha
encargado al Instituto municipal de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS) un
plan director de usos para la antigua Fábrica de Artillería y anunció una
«convocatoria pública» para que cualquier entidad, empresa o particular
presente sus proyectos de lo que haría aquí.
El alcalde ha insistido en que la
restauración de la fábrica y su habitación gradual son compatibles y puso como
ejemplo las naves del antiguo matadero de Madrid, reconvertidas en popular
centro cultural multiusos. Además Espadas añadió que el proyecto de la Fabrica
de Artillería será «el buque insignia de este mandato», dijo sobre la
transformación del recinto, que califica como «la joya de la corona» de los edificios
industriales antiguos de propiedad municipal pendientes de resurrección.
La Real Fábrica de Artillería se crea en
1565 como lugar para la fabricación sistemática de armamento. Aunque conocemos
la fecha oficial de su fundación, ya existía en 1525 un pequeño taller de
cañones en manos de Juan Morel. Éste compra tres solares para el
establecimiento de la nueva fábrica y en 1568 Felipe II ordena que se le
proporcionen los materiales necesarios para realizar las armas, además de otros
útiles de fundición. Finalmente la fábrica fue adquirida por el estado en 1634.
Las obras de remodelación y ampliación del conjunto se fechan entre 1757 y
1759, aunque sufre una segunda en 1782, bajo las órdenes del arquitecto Vicente
de San Martín, quien le aporta el carácter barroco y monumental que posee
actualmente. En esta Real Fábrica se construyeron muchas de las armas y cañones
utilizados por la Corona en los conflictos bélicos.
El edificio, debido a las continuas
ampliaciones a las que fue sometido, se extiende por el terreno de manera
desigual. Al exterior destaca en la fachada principal una portada de ladrillo
visto con dos cuerpos; el cuerpo inferior, con un arco de medio punto como
hueco de acceso, flanqueado por pilastras toscanas. Encima se dispone un entablamento
de cornisa recta donde se dispone un segundo cuerpo de ladrillo, a modo de
espadaña, con frontón recto partido y dos grandes pináculos a los lados.
Tras pasar a manos públicas e integrarse
en el Instituto Nacional de Industria, la fábrica cesa su actividad en 1991. El
conjunto fue catalogado en 2001 como Bien de Interés Cultural y actualmente se
utiliza como almacén municipal.
En esta importante fábrica, además de
armamento, se fundieron las campanas de la Giralda, el giraldillo, los leones
del Congreso de los Diputados…
Muchos son los proyectos que se han
barajado para este gigantesco edificio en los últimos años sin que ninguno se
haya materializado. Se propuso que fuese la sede de los archivos de la ciudad
(el de Andalucía y el provincial), se ha propuesto como edificio universitario
e incluso han surgido ideas para trasladar aquí el Museo de Bellas Artes. Ojalá
tome forma algunas de estas ideas y se pueda ver materializada, pero mucho nos
tememos que todo quede en unas nuevas Atarazanas. El tiempo nos lo dirá.
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