martes, 2 de junio de 2015

El Saeta


El día 12 de agosto de 1955 se realizaba el vuelo de prueba del primer avión reactor español, el “HA 200 Saeta”, construido en Triana por La Hispano Aviación y pilotado por Fernando de Juan y Valiente, que fue un éxito. Para desarrollar el proyecto del primer avión reactor diseñado y construido íntegramente en España, La Hispano Aviación, con talleres en la calle San Jacinto,  formó un equipo español asesorado por una figura legendaria de la aviación alemana, el profesor Willy Messerschmitt. El equipo de trabajo lo formaron los ingenieros señores Figueroa, Rubio, Esteva y Lara y el piloto de pruebas, Fernando de Juan y Valiente.

Con este avión puede decirse que entraba la industria aeronáutica española en la modernidad, siendo nuestro primer reactor y asimismo el primero construido bajo licencia fuera de nuestras fronteras; no obstante, diversas circunstancias impidieron el éxito abrumador que merecía la óptima calidad del proyecto.

Derivado del HA-100 “Triana” y teniendo con él gran parte de elementos comunes, se diseña con plano monolarguero, dotado con frenos ventrales de picado, flaps, frenos y tren de aterrizaje de operación manual o hidráulica, según los modelos, estabilizador de incidencia variable actuado eléctricamente, y cabina presurizada, salvo en sus prototipos. El tren tiene amortiguadores oleoneumáticos y puede ser extendido neumáticamente en emergencia.

Pilotado en su primer vuelo por Fernando de Juan Valiente, denota ser un avión extraordinariamente ágil, preciso, y relativamente sencillo de volar, pidiéndose pronto una serie por parte del Ejército del Aire. Sin embargo, el desarrollo de este excelente aparato es lento y revela el estado en gran medida artesanal que a la sazón tenía nuestra industria. Además de esto, el equipo con que se le dota no va parejo con la calidad aerodinámica del avión. Por todo ello, aunque se logra en 1959 exportar una decena a la República Arabe Unida, junto con la licencia de fabricación, se pierden posibles contratos entre ellos uno potencialmente muy sustancioso con Sudáfrica- y cuando el “Saeta” vuela operativamente con nuestra Fuerza Aérea ¡han pasado ya diez años desde que lo hiciera por primera vez su prototipo!

En sus salidas al exterior causa excelente impresión la espectacularidad de los vuelos que con él efectúan Valiente y Perico Santacruz, siendo especialmente memorable la exhibición de arrojo y maniobrabilidad que, sobre los restos llameantes del Fiat G-91 en que se acaba de estrellar Italo Donati, realiza Santacruz en el Salón Aeronáutico de Le Bourget en junio del 65, vuelo que comienza con un “looping” de salida...

Meses antes, en noviembre del 64, entra a título experimental el Saeta (E.14 en nomenclatura militar) en servicio con la Escuela Básica de Matacán -nunca llegó a hacerlo en la de Reactores de Talavera- y poco después en la base de Villanubla (Valladolid) en versión C.10B de ataque. (Consistía ésta en una versión del ya mejorado HA-200D, capaz de admitir armamento y remotorizarse con el “Marboré VI”).

Años más tarde, en 1972, pasa como entrenador a la Academia General del Aire de San Javier. Desde junio del 70 volaban ya los C.10B con base en Canarias, y sobre las arenas del entonces Sáhara Español entran en acción contra las guerrillas del Polisario, mostrándose allí como una muy precisa plataforma de tiro.

También por esas fechas sale la última de sus versiones; el HA-220 o “Super Saeta”, monoplaza, que no llega a prestar nunca servicio de combate y opera desde febrero del 76 en Morón de la Frontera. Se construyen en España un total de 102 HA-200 en sus diferentes versiones, más 25 HA-220.

En Egipto se inicia una serie de 90, localmente llamados “Al Kahira”, de los que sólo 63 llegan a ser entregados. Es probable que actuaran contra Israel en la “Guerra de los Seis Días” del año 67, y con certeza alguno de ellos fue destruido en el suelo.

Los españoles fueron finalmente dados de baja en diciembre del 81, después de unos tres lustros de en general satisfactorio servicio, poniendo así punto final a la historia de nuestro primer reactor, avión extraordinario en cuanto a sus cualidades de vuelo y no más que mediano en lo que al equipo se refiere.

Pero por fortuna, no se desvanece aquí del todo su huella, ya que poco más tarde veinticuatro Saetas de uno y otro tipo son comprados por un particular en una subasta pública del Ejército del Aire, y revendidos después, la gran mayoría en los Estados Unidos, donde, según nuestras noticias, un mínimo de tres continúan actualmente en vuelo.

Unidades del “HA-200 Saeta” pueden verse como símbolos aeronáuticos en la entrada de la Urbanización La Motilla, cerca de Dos Hermanas, y en la plaza dedicada al coronel médico Antonio Muñoz Cariñano en San Juan de Aznalfarache.

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