jueves, 15 de octubre de 2015

La Fábrica de Artillería


En esta importante fábrica, además de armamento, se fundieron las campanas de la Giralda, el giraldillo, los leones del Congreso de los Diputados…

Ya tenemos otro proyecto magno en nuestra ciudad, para convertir un edificio de corte histórico en un gran centro cultural. Ha comenzado la restauración de la nave principal, la Fundición Mayor, tan imponente que la llaman la Catedral, así como de la Fundición Chica o Menor y del edificio de los Talleres de Herramientas, de la antigua Fábrica de Artillería.

El proyecto aprobado por la anterior corporación municipal, ha sido bien acogido por el nuevo alcalde que ha encargado al Instituto municipal de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS) un plan director de usos para la antigua Fábrica de Artillería y anunció una «convocatoria pública» para que cualquier entidad, empresa o particular presente sus proyectos de lo que haría aquí.

El alcalde ha insistido en que la restauración de la fábrica y su habitación gradual son compatibles y puso como ejemplo las naves del antiguo matadero de Madrid, reconvertidas en popular centro cultural multiusos. Además Espadas añadió que el proyecto de la Fabrica de Artillería será «el buque insignia de este mandato», dijo sobre la transformación del recinto, que califica como «la joya de la corona» de los edificios industriales antiguos de propiedad municipal pendientes de resurrección.

La Real Fábrica de Artillería se crea en 1565 como lugar para la fabricación sistemática de armamento. Aunque conocemos la fecha oficial de su fundación, ya existía en 1525 un pequeño taller de cañones en manos de Juan Morel. Éste compra tres solares para el establecimiento de la nueva fábrica y en 1568 Felipe II ordena que se le proporcionen los materiales necesarios para realizar las armas, además de otros útiles de fundición. Finalmente la fábrica fue adquirida por el estado en 1634. Las obras de remodelación y ampliación del conjunto se fechan entre 1757 y 1759, aunque sufre una segunda en 1782, bajo las órdenes del arquitecto Vicente de San Martín, quien le aporta el carácter barroco y monumental que posee actualmente. En esta Real Fábrica se construyeron muchas de las armas y cañones utilizados por la Corona en los conflictos bélicos.

El edificio, debido a las continuas ampliaciones a las que fue sometido, se extiende por el terreno de manera desigual. Al exterior destaca en la fachada principal una portada de ladrillo visto con dos cuerpos; el cuerpo inferior, con un arco de medio punto como hueco de acceso, flanqueado por pilastras toscanas. Encima se dispone un entablamento de cornisa recta donde se dispone un segundo cuerpo de ladrillo, a modo de espadaña, con frontón recto partido y dos grandes pináculos a los lados.

Tras pasar a manos públicas e integrarse en el Instituto Nacional de Industria, la fábrica cesa su actividad en 1991. El conjunto fue catalogado en 2001 como Bien de Interés Cultural y actualmente se utiliza como almacén municipal.

En esta importante fábrica, además de armamento, se fundieron las campanas de la Giralda, el giraldillo, los leones del Congreso de los Diputados…

Muchos son los proyectos que se han barajado para este gigantesco edificio en los últimos años sin que ninguno se haya materializado. Se propuso que fuese la sede de los archivos de la ciudad (el de Andalucía y el provincial), se ha propuesto como edificio universitario e incluso han surgido ideas para trasladar aquí el Museo de Bellas Artes. Ojalá tome forma algunas de estas ideas y se pueda ver materializada, pero mucho nos tememos que todo quede en unas nuevas Atarazanas. El tiempo nos lo dirá.

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